lunes, 21 de abril de 2014

En recuerdo a Adolf Vilanova,


Hoy quiero dedicar esta entrada en recuerdo de uno de mis maestros en el mundo del asesoramiento de la empresa familiar, Adolf Vilanova.  Durante años profesor de la Escuela de Negocios ESADE (Barcelona), lugar en donde le conocí en mis años de estudio en dicha Escuela y con el que compartí enseñanzas y consejos que nunca olvidaré.
Tuve el honor de recibir de su pluma el Prólogo a uno de mis libros “La Familia Empresaria. Aprenda a Diagnosticar sus Déficits y Potencialidades”. Prólogo que en su recuerdo os dedico a continuación.
Descansa en Paz. 

Gracias Maestro… por tu sabiduría y generosidad.

Fernando Nogales




PRÓLOGO

Prologar un libro siempre es un placer y a la vez un reto. Si el libro  trata de empresa familiar, ámbito en el que llevo trabajando muchos años, me resulta especialmente grato por serme tan próximo. Pero si este libro ha sido escrito por Fernando Nogales, entonces asoma la duda en forma de pregunta: ¿podré aportar ideas distintas que sean del interés de los lectores o que puedan sugerir nuevas ideas? No en vano Fernando, como buen profesional, tiene integrada la diferencia entre “el hablar y el dar trigo...”.

A pesar de todo ello, ha podido más la ilusión de colaborar con un amigo, a quien tuve el placer de tener como alumno de ESADE.

Si allá por los años ochenta ya se adivinaba que podría ser un buen profesional para las familias empresarias, la realidad ha superado mi pronóstico: hoy día, Fernando es un referente en el entorno de las empresas familiares, y por tanto, un experto muy valorado por todos aquellos que hemos hecho una misma opción de vida.

En este ámbito queda mucho trabajo por hacer y camino por andar. Por ello, es muy importante poder recurrir a personas preparadas que nos ayuden con nuevas reflexiones y planteamientos, a los que el autor ya nos tiene acostumbrados en sus libros publicados o intervenciones profesionales.

Afortunadamente, no se ha dicho todo y posiblemente nunca podremos dar por terminado el camino que, entre todos, vamos haciendo. Por ello, en este entorno tan variopinto, siempre son bienvenidos nuevos planteamientos, ideas y enfoques.

Pero, quizá lo que se eche más en falta sean propuestas de nuevas herramientas, enfoques novedosos y preguntas que nos cuestionen lo que damos por inamovible.

En el caso que nos ocupa, a todo lo anterior hay que añadir el rigor metodológico, humildad y sencillez en la expresión, y aquella mirada de comprensión y complicidad que hace del experto la mano amiga que ayuda y no el juez que dicta sentencias.

Hay que admitir que todavía en el mundo de la empresa y la familia hay muchos secretos por descubrir e ideas novedosas para poner en práctica. Libros como el que usted, querido lector, tiene entre sus manos, le podrán ayudar en estos menesteres.

En un entorno de cambios exponenciales, hemos de descubrir respuestas ágiles y de fácil aplicación si no queremos quedarnos atrapados por modelos y prácticas quizás hoy día superados. Frente a la complejidad actual, la respuesta más idónea pasa por el sistema de soluciones inmediatas de “prueba-error”. Sin que todo ello nos haga olvidar que los profesionales solo somos una parte de este sistema tan complejo.

Hoy nuestros retos son: flexibilidad, rapidez de adaptación y hacer del cambio nuestro aliado permanente en la gestión. En un mercado tan dinámico lo que se precisa son respuestas imaginativas como base de actuación.

Por todo lo anterior, me ha encantado de Fernando sus propuestas metodológicas desde ópticas poco frecuentes, que nos llevan necesariamente por caminos inexplorados. Él ha sabido hacer de la diversidad y la novedad retos abordables desde lógicas sorpresivas. Por ejemplo:

-       Cuando diferencia empresa de negocio. Para muchos profesionales ambos términos son sinónimos. Pero confundirlos y no diferenciarlos en su tratamiento sería un grave error. Error en el que se incurre más veces de las que quizás se puedan considerar tolerables.

-       Las empresas, y más las familiares, tienen que saber escoger estratégicamente sus mercados y sectores propios y más idóneos a su componente familiar. Pasarlos por alto o no diferenciar sus orígenes puede significar tener que pagar un precio muy alto, imposible de superar. “Arrieros somos y por el mismo camino andamos”.

-       Hemos de ser capaces de hacer frente a unos mercados que fundamentalmente se diferencian entre si por lo novedoso de los productos o lo funcional de sus servicios.

-       Otra aportación muy sugerente: “es más fácil entender el negocio y la empresa que liderar la familia”. Totalmente de acuerdo, porque lo primero es una cuestión de capacidad y dedicación y lo segundo de reconocimiento. No siempre quienes tienen ambas cualidades consiguen además seguidores propios. Quizás les pueda faltar el carisma, la sintonía o lo que nosotros llamamos “hacer el clic a nivel del equipo”.

-       Los cuadros que recogen los distintos ámbitos de empresa y familia dentro del proceso sucesorio son sencillos pero muy sugerentes. Por ello no es de extrañar tantos rechazos como se dan en muchos casos reales, en los que todos tropezamos, porque previamente no se han sabido diferenciar convenientemente dos entornos tan distintos como el de la empresa y el de la familia. 

Resumiendo, aquí está el nudo gordiano dónde quedan presas muchas de las familias empresarias.

-       El capítulo VIII sobre el modelo teórico de diagnóstico familia-empresa es una magnífica herramienta y a la vez un novedoso aporte para valorar conjuntamente toda la familia sobre su propia empresa, los grandes o pequeños recursos de los que dispone, y sus retos tan complejos como decisivos a los que tendrá que hacer frente.

Por todo lo cual, solo me queda reconocer el esfuerzo para sistematizar el factor más importante para la continuidad de las empresas familiares como son los modelos de diagnóstico familia-empresa traducidos a herramientas que aportan rigor teórico y practicidad en su uso, dos elementos esenciales para la continuidad de las empresas familiares.

Pensamos que los cuestionarios, tanto como las guías o mapas para su correcta interpretación y posterior utilización, son sin lugar a dudas una aportación singular y de gran valor añadido para las empresas y sus familias.

Todas estas herramientas pueden ser de una gran ayuda para los profesionales de la consultoría que, en según qué situaciones, son valorados como magos (o peor, manipuladores); cuando sí las herramientas de análisis son rigurosas, la verdad es que son un magnífico soporte tanto para los profesores que dictan esta asignatura, como para las familias que han asumido el reto de traducir una idea o ilusión en una realidad admirable.

No sólo, pues en el entorno de las empresas familiares no hay que centrarse solamente en la funcionalidad de las herramientas escogidas sino sobre todo en la voluntad, capacidad y ética de los profesionales que ayudan a servirse de ellas.

Una vez más, Fernando, felicidades y sigue por este camino que es una opción muy útil para ambos colectivos del mercado, empresarios y asesores. En nombre de estos últimos, muchas gracias.

Adolf Vilanova
Profesor de ESADE y consultor de empresas familiares

Barcelona, septiembre de 2007